Hoy os quiero hablar sobre una masa de la que poco había escuchado en España, el pastillaje. Lo conocía porque en América es bastante común y se utiliza desde hace mucho tiempo.
Quizá si saben algo sobre esta masa, es que es muy dura y sobre todo muy pero muy delicada. Pues es cierto, es una masa que se usa para hacer estructuras fuertes o rígidas, tipo casas, iglesias, cunas, camas, paredes, torres de castillos, carteles, fachadas, etc.
Se seca muy rápido y aunque es comestible , queda tan dura cuando se seca, que es una verdadera osadía aventurarse a comerla, aunque nuestro dentista igual se alegra de volver a vernos jeje. Un consejo para quien quiera comerse una pieza hecha de pastillaje: chuparlo como si se tratara de un caramelo.
Que es delicado, si, es delicado, no es un monstruo que quiere amargarte el día, es más bien como una flor a la que hay que tratar con sutileza, una vez cortada la pieza hay que dejarla secar en un solo lugar, sin moverla durante el tiempo de secado y ser muy cuidadoso al manipularla una vez seca, pues tiende a partirse. Admite colorante en polvo o en gel, pero cuidado, que una vez seco, si no queréis cargaros la pieza, que no le caiga agua.
Hace una semana hice un curso de pastillaje filipino, aprovechando la oportunidad de que estuvo en Madrid, la profesora argentina Adriana Bologna, un cielo de persona, súper atenta a los detalles del trabajo de cada una de sus alumnas y muy profesional. Tengo que agradecer a Corina de Cori’s Sweet Temptations por la organización y por haber invitado a Adriana, nos lo pasamos genial, aprendimos muchísimo y en lo personal, me quedé con ganas de hacer muchas cositas con pastillaje, creo que es el complemento perfecto para la decoración de tartas fondant.
La receta es muy sencilla.
Ingredientes:
- 1 taza de las de té, de agua.
- 2 cucharadas soperas de gelatina en polvo sin sabor.
- 1 ½ kg de azúcar glas aproximadamente.
- Esencia al gusto.
Para prepararlo sólo hay que poner a diluir en agua, a baño María, la gelatina sin sabor, que debemos esparcir en forma de lluvia. Cuando la preparación se temple un poco, agregamos la esencia y azúcar glas, hasta formar una mezcla bien densa. Esa será nuestra masa madre, la que conservaremos en un recipiente hermético en la nevera y de la que iremos sacando porciones, de acuerdo al trabajo que vayamos a realizar.
Cuando tengamos que hacer alguna pieza, sacamos la cantidad de masa madre que necesitemos y cuando esté a temperatura ambiente agregaremos más azúcar glas, hasta formar una masa flexible que no se pegue a los dedos.
Estiramos sobre una mesa en la que habremos esparcido maicena y una vez cortadas las piezas las debemos dejar secar sobre una superficie lisa, como el mármol, vidrio, etc. Las piezas tardan unas 8 horas en secarse. Una vez secas, ya podemos darles color y si hay que unir piezas de pastillaje entre si, hacerlo con un buen pegote de glasa, cuando digo pegote, me refiero a cantidad abundante de glasa, pero siempre cuidando que no rebose las juntas de la figura.
Os dejo la muestra del resultado del curso: